‘En la sombra’, de Enrique de Gales, el último ejemplo del subgénero literario que entusiasma al público y mantiene a flote a las editoriales. Los libros comenzaron hace más de 40 años con la hija de una estrella de Hollywood.
El mayor éxito actual del mercado literario es… la vida real. O al menos una versión de la misma. La publicación de En la sombra, las memorias del príncipe Enrique, han desencadenado un terremoto mediático que va de la mano de unas jugosísimas ventas (más de 1,4 millones de copias en su primer día de salida al mercado). Escritas por J. R. Moehringer, premio Pulitzer tras la también exitosa autobiografía de André Agassi, las memorias del duque de Sussex demuestran la pervivencia de un subgénero, las memorias excandalosas, el exposé en inglés, que goza de excelente salud incluso cuando la era de la sobreexposición.
“Ser famoso no garantiza que tu testimonio tenga éxito”, matiza Berenice Galaz, editora de La esfera de los libros, que posee un amplio catálogo memorias y biografías. “Tu trayectoria ha de tener interés para el público. Igual ocurre con los sucesos o escándalos que cuentes: tienen que despertar el interés social de ese momento”. Andrea Tommasini, jefe de prensa de Roca Editorial, que trajo a España memorias como las de Demi Moore, concuerda: “Hoy nada es garantía de nada en el mercado editorial, pero si hablamos de la biografía o de las memorias de un personaje muy famoso, es probable que el mercado responda bien. Un escándalo es un buen gancho publicitario para que la campaña de promoción del libro funcione y por lógica, las ventas deberían acompañar”. “Las memorias no funcionan de forma automática”, concluye Gianluca Mazzitelli, director de Duomo ediciones. “Tiene que haber una historia que contar que interese de verdad al público lector y en muchos casos la clave va a residir en el talento de quien la escribe”.
¿Y qué ocurre cuando el escándalo es tan grande y el personaje tan jugoso que los medios se hacen eco de las confesiones más asombrosas, desgranándolas con detalle o reproduciendo párrafos enteros de la obra? Así ha ocurrido, por ejemplo, con la autobiografía de Enrique. Prensa e internet están llenos de resúmenes del libro. En casos como este, parecería que tanta presencia mediática resulta contraproducente para las ventas de ejemplares, al dar la sensación de que ya se ha contado toda la chicha de la obra en cuestión. Galaz asegura que no: “Que se hable en los medios ayuda mucho a la difusión y ventas de los libros. Por mucho que se cuente sobre ellos, el lector siempre espera encontrar más y una visión más completa. Si no te interesa el personaje, te conformas con lo que oyes o lees en medios, pero si te interesa, la presencia se traduce en ventas”. En el caso de Enrique, este interés se manifiesta no solo en las envidiables cifras de ventas, sino en lo rápido que se ha pirateado y difundido de forma ilegal, especialmente a través de aplicaciones como WhatsApp.
Precisamente se diría que Internet es una realidad paralela que le hace la competencia a estos libros en la actualidad. La existencia de tantos famosos que parecen radiar su vida en directo genera la idea de que a muchos no les queda nada por contar. Pero libros y redes sociales son mundos que no entran en conflicto, como explica Tommasini: “De un libro de este tipo esperamos que vaya más allá de lo que vemos en las redes, que arroje luz sobre esos aspectos de la vida de los famosos que jamás veríamos en una red social como Instagram. Además, una autobiografía puede ser un libro con buen nivel literario y que seguramente aporte mucho más en lo personal al lector (y no solo a nivel de información) que el comentario de una foto o un tweet”.
El fenómeno del libro-escándalo cuenta con más años de trayectoria en el mercado anglosajón, donde supone un género en sí mismo. “Es una sociedad más acostumbrada a contar su intimidad, cosa que no ocurre en España”, opina Galaz. “En el mundo anglosajón, por ejemplo, casi todos los grandes políticos escriben sus memorias profesionales y aquí se da muy raramente y, en general, con mucha precaución y pocas revelaciones. Sin embargo, a los lectores sí que les interesa y estos libros, por poco que cuenten, funcionan bien”. Y añade, sobre la traslación de este fenómeno a España: “En memorias profesionales, las más vendidas de nuestra editorial fueron las de Federico Jiménez Losantos o Pedro J. Ramírez. Actualmente Mi historia, de Ágatha Ruiz de la Prada, es nuestro libro de memorias más vendido. Y otro título que está funcionando bien es la biografía de Encarna Sánchez escrita por los periodistas Pedro Pérez y Juan Luis Galiacho”.
Mazzitelli enumera algunos éxitos recientes del mercado nacional: “En España, por citar algunos, han sido grandes éxitos el relato de Ángel Martín Por si las voces vuelven; Mi historia, de Michelle Obama o Instrumental, de James Rhodes. Son historias de vida fuertes, que interesan a un amplio número de lectores porque los conocen, los ven en los medios, siguen sus vidas y así descubren más sobre ellos, por esa parte un poco de curiosos o cotillas sobre las vidas ajenas que todos tenemos”.
Tommasini apunta una clave que podría explicar el éxito de algunas de estas obras: que funcionen como una extensión de la marca del famoso y un objeto más de consumo para el fan entregado. “Hay que tener en cuenta que a veces para los lectores estos libros representan un vehículo para acercarse al famoso de turno en una firma, para estar unos segundos con él y sacarse un selfie. Basta ver las colas que acostumbran a tener en actos como Sant Jordi o la feria del libro de Madrid”. A continuación algunos ejemplos, contemporáneos y clásicos, de libros de memorias (escritos por sus protagonistas en algunos casos, en otros no).
La estrella de tenis que odiaba el tenis
La biografía llevaba cinco años publicada en Estados Unidos, donde había conseguido un gran éxito, cuando la editorial Duomo decidió ponerla a la venta en España. “Al ver la reacción de escritores, periodistas, libreros y prescriptores que lo acogieron con entusiasmo, nos dimos cuenta de que el éxito internacional se podía replicar en España”, relata Gianluca Mazzitelli, director de Duomo. Las claves de este triunfo de crítica y público que no deja de reeditarse residen en que el libro, explica Mazzitelli, “se lee como una novela. El libro versa sobre el talento y su maldición, sobre la victoria y la derrota, el amor y el odio, las relaciones familiares, sobre lo que buscamos para ser felices. Es decir, sobre la vida, y eso hace que cualquiera pueda sentirse identificado”.
Andre Agassi describe a un padre abusivo obsesionado por criar a un hijo estrella del deporte que no dudó en suministrarle drogas de niño para mejorar su rendimiento. Además, reconoce haber mentido para evitar una sanción por dopaje, dedica largas páginas a hablar de su trauma cuando empezó a quedarse calvo y decidió usar pelucas para disimularlo y se mete en los entresijos de su muy infeliz matrimonio con Brooke Shields. El resultado es ya un clásico de nuestro tiempo que leen incluso las personas a las que no les interesa el tenis, Agassi ni los libros de famosos.
La piedra fundacional del libro-escándalo
Hollywood Babilonia, de Kenneth Anger, había allanado el camino una década antes dentro del mundillo underground, pero Queridísima mamá, de Christina Crawford, supuso un auténtico terremoto cultural. En 1978 el público estadounidense aún tenía una imagen un tanto naif e idealizada de sus estrellas. Este libro lo cambió todo. En la autobiografía de Christina Crawford el principal reclamo era su madre, la estrella de Hollywood fallecida poco antes de la publicación, Joan Crawford. La autora presentaba a una actriz alcohólica, cruel, irracional, violenta y maquiavélica a la hora de fastidiar la vida de su hija. Hija, y no hijas, porque las hermanas de Christina (que no habían sido excluidas del testamento de Joan Crawford) aseguraron que su experiencia con ella había sido muy distinta. Todavía se mantiene el debate iniciado entonces entre los que lo consideran el valiente testimonio de una superviviente de abuso infantil y los que creen que en él hay mucho más de mentiras interesadas guiadas por el morbo que verdades.
Queridísima mamá dio pie a una tendencia de libros de hijos de estrellas clásicas que soltaban pestes contra ellas: la gran némesis de Joan Crawford, Bette Davis, fue objeto de una biografía muy cruda por parte de su hija B.D. Hyman, My Mother’s Keeper, y Maria Riva hizo algo muy similar con su madre en Marlene Dietrich: the life.
Nadie quiere publicar este libro
Vista la tormenta mediática que provocaron, en 2014, las acusaciones de Dylan Farrow de abuso sexual por parte de su padre, Woody Allen, era obvio que el anuncio, en 2019, de que este preparaba sus memorias traería cola. Y ocurrió antes de que vieran la luz: los responsables de la editorial Hachette, encargada entonces de publicarlo, abandonaron aquellos planes cuando vieron que sus propios empleados salían a la calle, en marzo de 2020, a protestar ante el edificio. Al final fue Arcade Publishing la encargada de que el original en inglés viese la luz Alianza las publicó en España. En el libro, además de repasar su carrera, Woody respondía durante largos párrafos a las acusaciones de su ex, Mia Farrow. Negaba los abusos a Dylan y en su lugar describía a Farrow como una madre abusiva, desinteresada por algunos de sus hijos y en cambio obsesionada por el hoy célebre perioRonan (entonces Satchel), al que, según el director, había obligado a someterse a una dolorosa operación que incluía romperle las piernas para aumentar de talla unos centímetros porque “no hay presidentes de Estados Unidos bajos”. Menos polvareda levantaron sin embargo otras revelaciones igualmente chocantes, como que después de romper su romance con Diane Keaton, Allen había tenido relaciones esporádicas con las hermanas de la actriz. Con las dos.
Imposible reírse con Matthew Perry
El penúltimo éxito del mercado autobiográfico americano viene de un rostro archiconocido: el de Matthew Perry, actor que interpretó a Chandler en Friends (1994-2004). Sus memorias son un relato estremecedor en primera persona sobre las consecuencias físicas y mentales del abuso reiterado de drogas. Contó que estuvo en rehabilitación en más de 60 ocasiones diferentes en las que se había gastado nueve millones de dólares, que según estuviese enganchado a las pastillas o al alcohol su peso pasaba de 58 kilos a más de 100 y que había destrozado su organismo hasta el punto de llevar bolsas de colostomía y de ileostomía, que en ocasiones se rompían y le hacían despertarse manchado de sus propios excrementos. Al lado de eso, revelaciones como que tuvo un con Gwyneth Paltrow o información sobre su relación con Julia Roberts se quedan en nada.
La otra Demi Moore
El tropo de la estrella de Hollywood rodeada de triunfo y oropel que esconde una historia traumática se hace carne en Demi Moore, una de las actrices más emblemáticas de los años 90. En sus memorias, escritas en colaboración con la periodista Ariel Levy, Demi narra su lucha contra las adicciones, cómo combatió un trastorno de la imagen corporal y da detalles sobre la ruptura de sus matrimonios con Bruce Willis y Ashton Kutcher. Lo más dramático viene, sin embargo, de episodios de su infancia y adolescencia, marcadas por la pobreza y un errar constante por Estados Unidos. Esto incluye haber sido prostituida por su madre, que cobró 500 dólares a cambio de que un hombre de 50 años abusase sexualmente de Demi, que tenía entonces 15.
Cuando Sara conoció a Severo
Buen ejemplo de que en España también sabemos aderezar una biografía con una polémica extraliteraria son las memorias de Sara Montiel, escritas por Pedro Víllora. La obra cuenta con los elementos clásicos: declaraciones rimbombantes, frases para enmarcar, un sutil sentido del humor y mucha conciencia de ser un personaje con derecho propio. El mayor escándalo llegó al confirmar un rumor que venía circulando desde hacía años: que había mantenido una relación clandestina con Severo Ochoa, a quien definía como el amor de su vida. Los herederos del nobel lo desmintieron con indignación, y su biógrafo Marino Gómez-Santos tildó la historia de “delirio patético de anciana que se sirvió de él para promocionar un libelo infame”.
Memorias a los 14 de Drew Barrymore
Un libro escándalo perfecto, capaz de asombrar incluso a los que se consideraban menos moralistas y de vuelta de todo. Drew Barrymore, la última de la legendaria saga de actores Barrymore, enamoró al mundo cuando fue seleccionada por (su padrino) Steven Spielberg para aparecer en E.T., el extraterrestre (1982). Ella tenía 6 años, y a los 14 ya había vivido tanto como para publicar unas asombrosas memorias que vieron la luz en 1990. Es imposible referirse a ellas sin números: Drew fumó su primer cigarrillo a los nueve años, probó la marihuana a los 10 y la cocaína a los 12; entró en rehabilitación a los 13 e intentó suicidarse a los 14. Más allá del morbo, el libro se mostraba como una denuncia en forma de fábula moral sobre unos padres y una industria negligente que permitían que una niña pasase las noches bailando en Studio 54 en vez de los días en el colegio. La actriz y presentadora ha escrito una biografía posterior, Wildflower (2015), en la que pasaba de puntillas sobre los aspectos más escabrosos de su infancia y adolescencia.
La que lo hizo antes que Enrique
Enrique no es el primer miembro díscolo de la casa de Windsor que incendia el panorama con una biografía llena de datos jugosos. En 1992, la publicación de una biografía de Diana, princesa de Gales, firmada por Andrew Morton, condujo de forma directa al divorcio de una pareja que ya estaba rota y llevó a que la propia reina Isabel declarase el 92 como su annus horribilis. El libro no solo confirmaba la relación adúltera entre Carlos y Camila Parker Bowles, sino que daba numerosos detalles sobre el trastorno de la conducta alimentaria (bulimia) de Diana y confirmaba varios intentos de suicidio. No se trataba solo de rumores más o menos fundamentados, sino que parecía obvio que había sido aprobado por la propia princesa. Y tanto. Como se supo años después, en realidad fue la misma Diana la que habló con Andrew Morton a través de un complicado plan que incluía intermediarios (el radiólogo James Colthurst) y cintas sacadas de forma clandestina del palacio de Kensington. Si las consecuencias de la publicación de este libro fueron provechosas o dañinas para su protagonista es algo que admite múltiples discusiones, pero desde luego el gran beneficiado fue Andrew Morton. El libro vendió más de cinco millones de copias y lanzó su carrera de autor especializado en biografías incisivas sobre famosos. Entre sus otros grandes éxitos (autorizados y no) están sus libros centrados en Tom Cruise, Monica Lewinsky o Angelina Jolie.
Nuestro propio escándalo real
En España no hemos llegado al punto en el que un miembro de la misma firme la suya a cara descubierta (Leandro de Borbón, familia del rey por sangre, no formó parte nunca de la institución), pero el panorama biográfico nacional tiene como claros protagonistas a los libros de Pilar Eyre dedicados a este tema. Así nos lo corrobora Berenice Galaz, editora de La esfera de los libros: “Nuestras biografías más vendidas han sido las de la familia real escritas por Pilar Eyre: La soledad de la reina, Yo, el rey y María la Brava. Hubo un tiempo en que en medios se contaba muy poco de la familia real y Pilar abrió ese camino”. En 2012, cuando el discurso sobre la familia real apenas empezaba a resquebrajarse, Pilar Eyre rompió la tendencia cortesana con una biografía de la todavía entonces reina Sofía en la que aseguraba que su vida familiar tenía muy poco de la idílica imagen que presentaban ante el mundo. Levantaron ampollas especialmente las menciones a las numerosísimas infidelidades del rey Juan Carlos. Según Eyre, desde la propia casa real confirmaron que el libro “no había gustado”, pero el público lo aúpo como la biografía más vendida de su año. Recientemente se ha anunciado una serie de ficción en preparación sobre la reina Sofía basada en esta obra.