HISTORY estrena hoy la serie «Expedientes desclasificados con David Duchovny». Entre espionaje, búnkeres secretos, armas letales y operaciones desconocidas, la nueva serie revela historias ocultas durante décadas de documentos gubernamentales recientemente desclasificados.

 

HISTORY estrena el jueves 18 de septiembre «Expedientes desclasificados con David Duchovny», la serie documental conducida y producida por el actor ganador de dos Globos de Oro David Duchovny (The X-Files, Californication) que brinda un acceso a la evidencia más reciente detrás de algunas de las operaciones gubernamentales más secretas, insólitas y sorprendentes de la historia.

A partir de documentos recientemente desclasificados, la serie expone la verdad sobre bases secretas bajo montañas y hielos polares, planes espaciales que parecen de ciencia ficción e incluso proyectos para detonar la Luna o encubrir catástrofes cósmicas. Entre armas letales, experimentos de manipulación mental y alianzas con mafias y sectas, se despliega un mundo de espías con identidades ocultas, tecnologías imposibles de detectar y operaciones extremas que desafían la ética y la imaginación, mostrando que la realidad puede superar cualquier ficción.

«Siempre me han atraído las exploraciones de los aspectos más complejos de nuestra vida, profundizando en conversaciones que van más allá de la superficie y revelan historias más interesantes. Estoy encantado de producir ejecutivamente y conducir una nueva serie de HISTORY que no tiene miedo de ir hasta el fondo. Contamos las increíbles historias de secretos gubernamentales que recién ahora salen a la luz. Esta serie demuestra que los secretos pueden descubrirse y que los misterios todavía pueden resolverse», detalla el actor David Duchovny.

Más allá de los hechos, Duchovny valora cómo cada caso se presenta en la serie, combinando rigor y entretenimiento. «Algunos de estos casos tienen una importancia histórica mundial, y otros son raros, extraños o hasta divertidos. Hay un verdadero flujo en la forma en que se presentan en la serie», explica el actor. Y añade:

«A mí me gusta participar en conversaciones, ya sean filosóficas, psicológicas o históricas. Tengo un podcast donde hablo mucho sobre el fracaso. Y mis libros tratan sobre personas, pero ficticias. Así que supongo que siento el impulso de contar historias, pero también el de contar historias reales, como cualquiera. Nunca antes había intentado formar parte de ningún tipo de narrativa auténtica, y creo que esta es la primera vez. Me gustan las buenas historias, ya sean ficticias o no».

Así, Duchovny habla de su primera experiencia como presentador en una serie, su papel como productor en la misma y sus diferencias con sus roles como actor: “Pasé mucho tiempo alejándome de la ciencia ficción desde ‘The X-Files’. Y tengo mucho cuidado de no vivir en ese mundo como actor. Esto es muy diferente. No se trata de intentar interpretar a un personaje en ese universo. Esto es conducir un programa estilo documental sobre un tema que me resulta bastante interesante”, cuenta el presentador. Y confiesa: “Cuando estás conduciendo un programa como este, solo intentás ser un puente entre la audiencia y el tema. Solo tratás de presentar algún tipo de canal hacia ellos y ser un buen anfitrión”. “Queremos contarlo como una historia, y querés que tu anfitrión pueda guiarte a través de ella. Así que el anfitrión tiene que ser creíble y tenés que insinuar la historia de cierta manera. Tenés que mantener los giros y momentos de tensión”, explica Duchovny.

El paso del tiempo permitió que muchos de estos sucesos ocultos finalmente salgan a la luz, ofreciendo una perspectiva única sobre operaciones que antes parecían imposibles de conocer. Al respecto, Duchovny comenta: «Me parece una muy buena ley el proyecto de desclasificación. Me interesa mucho la idea de que, después de cierto tiempo, los secretos gubernamentales deban salir a la luz. No estoy seguro de si esto ocurre en muchos otros países, pero sí en Estados Unidos, al menos por ahora. Podés salirte con la tuya hoy, o el año que viene, pero en 20, 30 o 40 años todo finalmente se va a conocer. Así que solo puedo esperar que esto haga que la gente lo piense dos veces antes de hacer algo de lo que podría avergonzarse o que sabe que está mal».

Duchovny, quien se define como escéptico y una «persona basada en la ciencia» resalta la importancia de los hechos verificables, que son el núcleo de cada caso presentado en la serie: “Creo en que existen hechos, y vivimos en un mundo donde la gente parece sentirse con derecho a tener su propio conjunto de verdades, lo cual obviamente es muy peligroso y preocupante. No me imagino que alguien vea esta serie y diga que esto sigue siendo un encubrimiento, que es una mentira o que no es cierto”.

El primer episodio de «Expedientes desclasificados con David Duchovny» se sumerge en los enigmas de la aviación y la seguridad nacional durante la Guerra Fría. En 1954, Estados Unidos desarrolló en absoluto secreto el avión espía Lockheed U-2, diseñado para sobrevolar territorio soviético. Sus pruebas en el desierto de Nevada desencadenaron innumerables avistamientos de OVNIs y consolidaron la leyenda de Área 51, que con el tiempo se convirtió en sinónimo mundial de conspiraciones y tecnología oculta. El episodio también explora el Tu-144, el primer avión supersónico de pasajeros soviético, cuya sorprendente semejanza con el Concorde despertó años de sospechas sobre espionaje tecnológico. A esto se suma el dramático accidente de un B-52 en Goldsboro, Carolina del Norte, y el riesgo nuclear real del que se tuvo conocimiento recién décadas después, y la audaz operación de Israel para capturar un MiG-21 soviético, una maniobra que aseguró la superioridad aérea de la región y permaneció oculta durante años.

Luego, la serie lleva al espectador a los rincones más secretos y extremos de la seguridad mundial. Desde Mount Weather, el búnker nuclear que garantizaría la continuidad del gobierno estadounidense, hasta la planta de reprocesamiento de combustible nuclear Mayak en la Unión Soviética, escenario del desastre de Kyshtym en 1957, cada instalación revela los riesgos y secretos que se mantenían fuera del alcance del público. En Groenlandia, Camp Century se ocultaba bajo kilómetros de hielo como sitio de lanzamiento nuclear; en Colorado, la CIA entrenaba a combatientes tibetanos en Camp Hale para operaciones clandestinas; y en Utah, Dugway Proving Ground fue escenario de experimentos con armas químicas y biológicas cuyos efectos permanecieron en silencio durante años. Este segundo episodio también desvela los métodos letales del Lab X soviético, según reveló el oficial Pavel Sudoplatov, y los interrogatorios estratégicos a prisioneros de guerra alemanes en el centro de inteligencia de Fort Hunt, Virginia.

La nueva producción de HISTORY también reconstruye algunas de las operaciones más audaces de la historia reciente, donde el riesgo y la creatividad marcaron la diferencia. Entre ellas, el casi imposible rescate de un submarino nuclear soviético hundido en el Pacífico con una gigantesca garra mecánica en el Proyecto Azorian; los equipos de élite Green Light entrenados para transportar bombas nucleares portátiles; y el sofisticado espionaje en Berlín durante la Guerra Fría, donde un túnel permitió interceptar comunicaciones del Ejército de Alemania Oriental. La huida del alto funcionario del KGB Oleg Gordievsky, clasificada por 35 años, y las misiones navales de Project Coldfeet y Operation Ivy Bells, que emplearon innovaciones tecnológicas para obtener información crucial sobre los soviéticos, muestran cómo cada gobierno arriesgó vidas y recursos en nombre del interés nacional. El episodio incluso retrocede a la Segunda Guerra Mundial, revelando operaciones clandestinas en Noruega donde la valentía de los soldados aliados logró sabotear avances alemanes y proteger posiciones estratégicas.

La serie también explora los límites de la ambición tecnológica y militar. Estados Unidos concibió el Proyecto A119, un plan secreto para detonar una bomba nuclear en la Luna, mientras que el desastre del cohete R-16 soviético permaneció oculto durante casi cuatro décadas. En órbita, los programas de espionaje y armamento se multiplicaban: el Manned Orbiting Laboratory estadounidense y la estación militar soviética Almaz mostraban hasta dónde podían llegar las naciones en su carrera por la supremacía. Entre las armas más extraordinarias, destacan el Project MKNAOMI de la CIA, que experimentaba con dardos congelados y venenos casi indetectables, y la Tsar Bomba soviética, la más potente del mundo. Incluso la OSS de Estados Unidos desplegó planes secretos contra Hitler, revelando un ingenio creativo y extremo en la construcción de armas y operaciones encubiertas.

«Expedientes desclasificados con David Duchovny» además muestra los experimentos más oscuros y siniestros de gobiernos de todo el mundo: el Proyecto Manhattan en Estados Unidos, donde se utilizó plutonio en humanos sin su consentimiento, información que salió a la luz gracias a investigaciones periodísticas décadas después; y la investigación del científico soviético Ilya Ivanov, cuyos archivos recientemente desclasificados muestran su intento de crear híbridos humanos-primates con fines militares, un proyecto apoyado por Stalin. El caso de los documentos sobre la Unidad 731 japonesa exponen cómo científicos llevaron a cabo asesinatos y experimentos biológicos en prisioneros de guerra, información que quedó registrada en cartas y expedientes militares que permanecieron secretos hasta ser revelados por el gobierno estadounidense. Además, se analizan registros del cuidado médico de veteranos estadounidenses tras la Segunda Guerra Mundial, incluyendo lobotomías masivas y tratamientos experimentales, cuyos documentos archivados permitieron reconstruir los abusos sufridos por soldados como Roman Tritz. Y finalmente, se exponen programas de control mental como MK-Ultra y Stargate, donde la CIA exploró drogas psicoactivas y habilidades paranormales con fines de espionaje. Al respecto, Duchovny comenta: «Es simplemente fascinante ver cómo las drogas son utilizadas como armas y se politizan. Y se puede pasar de los años 60, cuando las drogas expandían la conciencia y la espiritualidad, a luego que ciertas personas en el gobierno piensen cómo podrían utilizarlas como armas».

Finalmente, el actor sostiene que lo que revela la serie son motivaciones profundamente humanas: “Lo interesante de estas historias desclasificadas en particular es que, al final, se trata generalmente de individuos humanos persiguiendo fines muy concretos”, dice Duchovny. Y añade: “Soy un pensador anti conspirativo, y creo que una serie como esta puede arrojar luz sobre el hecho de que no existe tal cosa como una conspiración global. Hay mentiras, hay cosas que se hacen en secreto, pero no hay una gran historia, no hay una sola historia, no hay una sola campana, no hay un villano; hay un montón de villanos, y cada uno hace cosas diferentes”.“Por eso me gusta la escala humana de estas historias que podrían parecer enormes. Puede que sean erróneas, pueden ser intolerantes o moralmente incorrectas, pero todas son, en cierto modo, comprensibles. No es que se pueda perdonar o que se deba perdonar, sino que reduce estos grandes acontecimientos históricos mundiales a pequeñas motivaciones humanas”, finalizó.