Muchas son las satisfacciones que trae a las mujeres convertirse en madres; ellas cumplen a cabalidad con todas las actividades en el hogar, en el trabajo y son las que, en la mayoría de los casos, mantienen unida a la familia.
Para las mamás, tener un vehículo, más que un lujo es una necesidad ya que les facilita el poder trasladarse por las calles y carreteras del país para cumplir con todas las actividades que ella y el resto de la familia requieren.
No obstante, una ponchadura puede entorpecer su día y por ello, como un homenaje a esas madres mexicanas que lo hacen todo, Bridgestone les brinda 10 sencillos pasos para que puedan cambiar una llanta cuando lo requieran:
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Contar con todo lo necesario: es muy importante verificar que se cuente con todas las herramientas para responder a algún incidente en el camino: llanta de repuesto, llave de cruz, triángulos reflectantes, gato y guantes.
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La seguridad siempre es primero: al notar una ponchadura, es necesario encender las luces intermitentes y orillar el carro en un lugar seguro, lo más alejado de la vialidad. Una vez el vehículo se haya detenido, se debe poner el freno de mano y primera velocidad (en autos manuales) o aparcar (P) en automáticos para evitar cualquier movimiento, posteriormente se debe ubicar los triángulos reflectantes a unos 100 metros por detrás del carro.
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Los topes en el lugar adecuado: para mayor seguridad, se recomienda poner un trozo de madera o piedra que funcione como tope e impida el movimiento del vehículo. Si se va a cambiar una llanta trasera, este tope debe ubicarse en la llanta delantera y viceversa. Para una mejor colocación del tope (adelante o atrás) debe considerar si hay pendiente o no.
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Aflojar las tuercas: las tuercas de la llanta ponchada se deben aflojar con la ayuda de la llave de cruz (o tipo L), mientras el vehículo aún se encuentra en el piso, girándolas en sentido contrario a las manecillas del reloj, pero sin quitarlas por completo.
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Ubicar el gato: todo vehículo cuenta con una pestaña en la orilla del chasis y cerca de las ruedas para colocar el gato. Es allí donde se fija esta herramienta y se levanta el vehículo hasta tener la altura apropiada para realizar sin dificultad las maniobras requeridas.
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Quitar las tuercas: una vez levantado el vehículo con el gato, se deben desatornillar las tuercas completamente.
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Desmontar la llanta: ahora llegó el momento de quitar la llanta dañada con mucho cuidado y proceder a guardarla en el compartimento de la llanta de repuesto (cajuela) para ser reparada en caso de que no haya sufrido daños considerables (para mayor certeza, se puede acudir a un centro de servicio Bridgestone para su análisis), de lo contrario deberá ser desechada de manera adecuada.
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Montar la llanta de repuesto: se monta la llanta de repuesto y se ajustan las tuercas hasta el tope, pero sin apretar.
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Apretar las tuercas: llegó el momento de bajar el vehículo suavemente con la ayuda del gato, para luego apretar las tuercas lo más fuerte posible, con la ayuda de la llave de cruz (o tipo L).
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Y a volver al camino: para finalizar, sólo queda retirar el gato y guardar las herramientas para seguir el rumbo.
“Cambiar una llanta por cuenta propia es una tarea bastante sencilla si se conocen los pasos y se tienen las herramientas adecuadas para la ocasión. Además de saber este proceso, las madres conductoras deben tener presente que las llantas tienen un tiempo límite de vida, es decir, deben revisarse periódicamente para asegurarnos de que estén en buen estado y así reducir la posibilidad de incidentes en el camino” indicó Carlos Mondragón, gerente de Ingeniería de Ventas de Bridgestone Latinoamérica Norte.