Te contamos un sinfín de detalles de la tecnología que utilizan en el escenario de Aladdín, el musical, una de las producciones más impresionantes que se presenta con mucho éxito en el Teatro Telcel de la Ciudad de México.
Por José Luis Amador @joseluisamador
Aladdín es el más reciente musical de Disney que llega a la Ciudad de México, está basado en la película animada de 1992, mismo que fue adaptado, de alguna manera, en los cuentos populares de Las mil y una noches. El viaje de Aladdín nos lleva por un mundo exótico de aventuras inesperadas, comedia clásica y un romance atemporal. En la puesta en escena vamos a escuchar las canciones famosas: «Un mundo ideal», «Príncipe Alí» y «Un amigo fiel», así como temas nuevos creados específicamente para el musical. La obra de teatro es protagonizada por Rodney Ingram (Aladdín), Irma Flores (Jasmín), Juampi (Genio) y Salvador Petrola (Yafar).
Aladdín es una obra muy completa, con tecnología de primer nivel, es la producción más grande que hasta la fecha se ha hecho en México. «Me da mucho orgullo poder mostrarles la complejidad que hay detrás de esto. El telón se abre con una tela de dos hojas de tres mil metros cuadrados. Todo el montaje es automatizado, hay cinco edificios que se mueven con tecnología wifi y se cuenta con cuatro consolas, una controla el telar, otra las dunas, una más se encarga de las piezas de piso y otra se hace cargo de la alfombra mágica. Estimamos que la producción tiene un peso de 85 toneladas, ¡una cosa impresionante!, fueron 17 tráileres los que trajeron a este teatro toda la producción», explica el supervisor general de producción: Jaime Matarredonda.
Hay telones bellísimos a lo largo de la puesta en escena, como uno que tiene impreso el pasillo del palacio, que se exhibe al frente del escenario para alguna escena con Aladdín, la princesa Jazmín o Jafar, el villano de la historia. «Está pintado prácticamente a mano, esto se utiliza mucho en el teatro, bajamos un telón para poder hacer los cambios pertinentes en la parte de atrás», describe Jaime. En el número de La Cueva de las Maravillas, esto es lo que se escucha en los radios internos que lleva cada técnico, quienes realizan su labor en absoluto silencio: «- Prevenido auto 320 rojo, vuelo 775 rojo, telar 29 rojo, 30 azul, boca, cueva y ojos cerrados. -¡Prevenidos! (responde alguien más), -Prevenidos torre de monedas. -¡Gracias! -Pero no se ha bajado la cueva, 180 con refuerzos. -¡Ya tengo liberado el elevador! -El modo de la lámpara está ok. -¿Me confirmas el elevador? -Baja pared. -Luz 57 en posición. – ¡Gracias!».
«Estamos en la escena de La Cueva de las Maravillas, en donde Aladdín conoce al Genio, busca la lámpara, está la boca por la que Aladdín entra a la cueva y que en algún momento se cierra, aquí ocurre todo ese mundo de fantasía, y se vuelve lo que en teatro musical llamamos: el número de producción, es probablemente el más vistoso de toda la obra, hay muchísimos actores que se van cambiando de vestuario, trucos de magia y pirotecnia. Hay un movimiento en las torres, como los shows de antes en Broadway, bailarines de tap, un mundo dorado. Toda la pirotecnia que se utiliza en esta producción es nacional», asegura Jaime Matarredonda.
El Vestuario
Una de las mayores atracciones que vemos en el musical de Aladdín es el vestuario. Son más 337 piezas las que se presentan a lo largo de la historia, con detalles precisos, únicos y muy llamativos. Los actores Mickey Beigi, Bárbara Sepúlveda, José Antonio Domínguez, Gloria Toba, Stephanie Bernal, Gaby Albo y Carlos Salazar lucen en escena esos extraordinarios atuendos. «Es una producción compleja en cuanto al manejo de texturas, vestuario, y todo el procedimiento para poder realizarlo. Las telas provienen de Turquía, Marruecos, Italia, Francia y Alemania, muchos de ellos elaborados y bordados a mano, hay piezas que se pegan al calor, como los trajes dorados que se usan en la escena en la que Aladdín busca la lámpara, cada pantalón tiene más de mil 400 piezas de Swarovski, el vestuario completo usa más de tres mil cristales. Para la escena del mercado hay vestuarios femeninos que llevan cristales, bordados a mano, pegados al calor y eso nos da un total aproximado de más de un millón de piezas de cristal de Swarovski en un vestuario completo. Tenemos 38 cambios de ropa en un solo número musical que se realizan en menos de 30 segundos y otros 58 cambios que se realizan en menos de un minuto, y se llevan a cabo al lado de un equipo de vestuario conformado por 20 personas. También tenemos calzado fabricado en México, con el diseño original del musical de Nueva York, son más de 160 pares de zapatos. Las 450 piezas de vestuario están elaborados a mano, diseñados y confeccionados a la medida de cada uno de los actores, están etiquetados con el nombre del actor, el número de escena y son en total 800 etiquetas cosidas a mano», describe el jefe de vestuario Javier Herrera.
Las Pelucas
Para una puesta en escena con las dimensiones que tiene Aladdín el área de peluquería y maquillaje es muy metódico. «Se debe tomar el registro de cada actor para elaborar las pelucas; las mujeres tienen entre tres y cuatro tejidas cabello por cabello, sobre un tul especial, tienen diferentes largos y motivos cada una. Se les da tratamiento capilar, como si fuera el cabello vivo de una persona, el mantenimiento es complicado tanto para las barbas como para las pelucas. Se deben hornear para moldearlas, peinarlas todas las noches, incluso los días de doble función se vuelven a peinar para la segunda presentación, porque se maltratan igual que si lavas o peinas todos los días el cabello. Somos cinco personas las que estamos a cargo de que se vean hermosas, como si acabaran de salir del salón de belleza», asegura Rocío Gómez jefa de peluquería y maquillaje.
El mercado de Ágrabah
«Los edificios que aparecen en escena son manejados de forma inalámbrica, debemos tener mucho cuidado con las señales que pueda haber dentro del teatro, porque son operados a través de un mecanismo que llamamos tortuga que permite que puedan girar. Todo esto lo vemos en la escena en la que Aladdín sube a los techos, lo persiguen y trepa la torre. La obra rescata los elementos más emblemáticos de la película, pero en un lenguaje teatral, se abren las puertas y se forma lo que nosotros llamamos: el harem. Asimismo, hay cuatro carretas transformer, a las que se les deben cambiar los elementos, si una vende flores, se quitan y ahora vende espadas, para que se conviertan en 18 carretas diferentes que veremos a lo largo de toda la obra. Dentro de la utilería tenemos muchos elementos, como sedas, 27 alfombras, además de la Alfombra Mágica, y casi todo es importado. ¡El musical cuenta con 40 cambios de escenografía!», finalizó Jaime Matarredonda.
Faltó que nos revelaran cómo logran hacer volar la Alfombra Mágica, uno de los números más IMPRESIONANTES de la puesta en escena. Mientras lo descubrimos, te invitamos a vivir de cerca todo lo que el musical de Aladdín tiene preparado cuando suben el telón. Cuenta con dos actos, un intermedio de 15 minutos, actuaciones, bailes, diálogos, escenografía y todo de primer nivel. Consigue tus boletos a través de las taquillas del Teatro Telcel o en Ticketmaster, se presenta de miércoles a domingo.